viernes, 22 de diciembre de 2017

De cómo cambia una coma

A veces son los detalles los que marcan la diferencia. Un detalle menor, un trazo, un susurro, un gesto, un rasgo, una marquita apenas, que hace que todo sea muy diferente.
Puede ser algo dicho, y escuchado, y pasado por alto. Puede ser algo escrito, y leído, e ignorado. Puede ser algo mostrado, y visto, y desapercibido.

Casi sobre esa nimiedad construye Eduardo Sacheri el desenlace de  "La noche de la Usina". No la historia, que queda en claro desde el principio que sitúa en una realidad histórica concreta las desventuras de un grupo de amigos y vecinos del ficticio pueblo de O'Connor.
Sin develar cuestiones fundamentales, y omitiendo alguna parte del texto, puede leerse esto:

Belaúnde recuerda, con una claridad inaudita, que Fontana habló de diez cargas con una masa total de nueve kilos, trescientos gramos. Pero Medina, al que se le dan mucho mejor las manualidades que los cálculos, confundió los decimales...

Y así de facil cambia el final anunciado por otro mucho más dramático y espectacular. Y hasta más liberador, si se quiere.

Podría parecer un recurso literario, sin visos de realidad, pero no. En el año 1999 una sonda espacial se estrelló contra la superficie de Marte por un error de cálculo, originado en las diferentes unidades utilizadas por distintos equipos de trabajo.

Una vez más, la realidad supera a la ficción.

martes, 15 de agosto de 2017

Máximo / Supremo

De Platón, el filósofo griego, mucho se ha dicho y mucho más podría decirse todavía. De sus obras, de sus diálogos, de sus maestros y sus aprendices, y de todos los aspectos de su vida, de los que son admirados todavía, y de aquellos que el paso del tiempo ha cubierto con un manto de piedad.
En uno de sus textos, "El banquete" (Συμπόσιον es el nombre original) habla, entre otras cosas, del amor en sus distintas formas, y da pie para el concepto de "amor platónico".
Es Agatón, uno de los comensales, quien en su afán de elogiar a su turno al dios Eros, tal como Erixímaco pidiera, hace uso del concepto matemático de supremo, sin siquiera darse cuenta.
Estas fueron sus palabras:

Y en lo que se refiere a valentía, a Eros ni siquiera Ares puede resistir, pues no es Ares quien domina a Eros, sino Eros a Ares. Ahora bien, el que domina es superior al dominado y si domina al más valiente de los demás, será necesariamente el más valiente de todos.

De esta manera exhibe una justificación de por qué, según su manera de ver, es Eros el mejor de todos los dioses del Olimpo.
Con sus últimas palabras, al decir que el que domina al más valiente de los demás es el más valiente de todos, pone en acción la definición de supremo. Se llama así al mínimo elemento de un conjunto ordenado que es mayor o igual que todos los elementos de un subconjunto.
En este caso el subconjunto está formado por todos los dioses del Olimpo, excepto Eros, siendo Ares el más valiente de ellos. Y Eros, sin estar incluido en ese conjunto, resulta ser más valiente todavía, constituyéndose en el supremo.
Y así es como la filosofía y la matemática se ponen de acuerdo con una coincidencia.