jueves, 4 de julio de 2013

Numerables

Desde que Georg Cantor definiera el concepto "numerable" poco antes del 1900 en Rusia, tenemos esa manera elegante de decir algo simple. Un conjunto es numerable cuando sus elementos pueden ponerse en correspondencia uno a uno con el de los número naturales (o un subconjunto de él). ¡Cuando sus elementos se pueden contar!
Si bien la definición matemática es bastante rigurosa, es fácilmente aplicable mientras no se la lleve a extremos forzados.
Y aunque poco nombrado y poco visible, es un concepto habitual en nuestras vidas, que ponemos en juego cada vez que contamos (numeramos): los dedos de una mano, las velas de una torta, las butacas de un teatro, las habitaciones de un hotel (aunque sea el de Hilbert).
Y esto tan cotidiano es lo que incomoda a Johnny Carter, el protagonista de "El perseguidor", de Julio Cortázar:

- Hace rato que no nos veíamos -le he dicho a Johnny-. Un mes por lo menos.
- Tú no haces más que contar el tiempo -me ha contestado de mal humor-. El primero, el dos, el tres, el veintiuno. A todo le pones un número, tú. Y ésta es igual.