Al momento de presentar a sus amigos, Johnny no ahorra en descripciones. A medida que van apareciendo habla de Kirsty, el Serio, el Cojo, y Bigmac:
Bigmac era bueno. Se le daban bien las mates. De algún modo, vaya. Volvía locos a los profes. Le enseñabas cualquier ecuación horrible y decía 'x=2,75', y era correcto. Pero lo que no sabía era por qué. 'Simplemente es así', te decía. Y eso no estaba bien. Las mates no consistían en saber las respuestas, sino en saber cómo se conseguían, incluso si después el resultado era incorrecto.
Buen punto, Johnny! Ciertamente existe una dicotomía entre el 'saber' y el 'saber hacer'. Saber está muy bien, es útil, es rápido, es necesario, y hasta es reconfortante porque brinda seguridad. Pero 'saber hacer' ofrece la posibilidad de sortear un amplio abanico de nuevas situaciones, porque se sabe cómo.
De esto se trata la ciencia. De recorrer caminos sin saber a dónde llevan, pero sabiendo cómo avanzar. Y lo que se encuentre en el destino, será un nuevo punto de partida.
Las enciclopedias, muchos libros, bastante de lo que circula por internet, y muchas personas, son excelentes acumuladores de hechos sabidos y comprobados, "saben". Pero sin aquellos que se animan a dar un paso en la oscuridad, aún a riesgo de tropezar y caer, equivocándose, nunca tendríamos nuevos descubrimientos, nuevos saberes, nuevas sorpresas y nuevos asombros.
Hay que animarse a saber hacer.
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